Petición de la Santísima Virgen para las Casas de
Desagravio.
Estos desagravios fueron expresamente
dictados por la Santísima Virgen María, para los tiempos Apocalípticos, deben ser rezados
en comunidades religiosas, masculinas y
femeninas, exhortando a los fieles a
rezarlos en familia, Se debe hacer un pequeño altar conforme a sus
posibilidades, con las imágenes católicas, y allí se reunirán los fieles a
hacer los desagravios. Encender una vela
mientras dure el rezo.
1-Que las Casas de Desagravio
se promuevan en todos los HOGARES CATÓLICOS, en el mundo. Que haya multitud de
ellas. La oración debe hacerse todos los días
y cuando sea posible a las
tres de la tarde, hora de la
Divina Misericordia.
"OFRECERÉIS
UNA HORA DE REPARACIÓN Y DESAGRAVIO
A LA SANTÍSIMA TRINIDAD”
“Se reza el Santo Rosario meditado, se ofrece en REPARACIÓN Y DESAGRAVIO POR LAS OFENSAS Y TRAICIONES A DIOS PADRE, DIOS
HIJO, DIOS ESPIRITU SANTO, RECONOCIENDOLO COMO NUESTRO DIOS, Y CREADOR DUEÑO
ABSOLUTO DE TODO CUANTO EXISTE.”
"DURANTE
LOS SIETE DÍAS DE LA SEMANA, EN RECORDATORIO DE MIS 7 DOLORES, POR LAS SIETE
ESPADAS QUE ATRAVIEZAN MI CORAZÓN INMACULADO Y EN EJERCICIO DE LAS 7 PALABRAS
DEL OFICIO DEL VIERNES SANTO; EMITIDAS POR MI SANTÍSIMO
HIJO”.
“Estad siempre en la Santa presencia de
Dios para que no pequéis, haced muchos actos de caridad por amor a Dios,
bendecíos unos a otros y no maldigáis a nadie. Rezad diariamente al Espíritu
Santo y a San Miguel Arcángel.”
Meditar:
Lunes: Primer Dolor y
Primera Palabra
Martes:
Segundo Dolor y Segunda Palabra
Miércoles:
Tercer Dolor y Tercera Palabra
Jueves:
Cuarto Dolor y Cuarta Palabra
Viernes: Quinto Dolor y Quinta Palabra
Sábado: Sexto Dolor
y Sexta Palabra
Domingo: Séptimo Dolor y Séptima Palabra
PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
POR CADA
HORA DE DESAGRAVIO.
1.
Mil días de indulgencias.
2.
La protección continua para vosotros durante los días calamitosos.
3.
La salvación eterna de las
almas de vuestros parientes que no se han convertido.
4.
Liberación de mil almas del
purgatorio.
5.
La anulación de hechizos y
conjuros mágicos, ritos satánicos en perjuicio de vosotros y de vuestros
familiares.
6.
La asistencia personal Mía,
de Jesús y San José en el día de vuestra muerte.
7.
La promesa de la bendición que
sólo los santos encuentran, tanto
en el cielo como en la tierra.
8.
El conocimiento inmediato de
vuestros pecados, a fin que os enmendéis y os confeséis ante el sacerdote.
9.
La curación de los enfermos,
de los cuales Dios disponga en su Misericordia restablecer la salud.
10.
La aceptación de la Divina
voluntad en todo lo que Dios os enviare, con ello vendrá la purificación de
todos vuestros males y la santificación de vuestras
almas.
11.
Conocimiento profundo de las
cosas celestiales mediante el don de la
fe.
12.
La gracia para perseverar y
vencer en los ataques del Anticristo.
13.
Recibiréis conocimiento para discernir lo que viene del maligno.
14.
Recibiréis palabras para instruir en la fe católica a cuantos se os acercaren con propósitos de conversión.
15.
Debéis hacer de vuestra hora
de desagravio, y Reparación, una
hora de amor y fe, que
Dios os dará la consolación
que entrega a las almas dóciles y humildes.
TRISAGIO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Abre Señor mis labios, y mi boca anunciará Tu alabanza. Ven oh Dios en mi ayuda, apresúrate Señor a socorrerme.
Gloria
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como
era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
ACTO
PREPARATORIO AL EJERCICIO.
Benignísimo Dios, Uno en esencia y Trino
en Personas; aquí tienes una de tus humildes criaturas, que conoce en sí la
venerable imagen de Tu Trinidad Santísima. Confieso que no he cumplido con las
obligaciones a que me empeña el honor de Tu Divina Semejanza.
He pecado, Dios mío, pero nunca negué, sino he creído constantemente en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo; que el Padre no tiene algún principio, que el Hijo es producido por el Padre, a quien es consubstancial, y que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, de cuyo amor recíproco es también consubstancial a ambos; que el Padre no es primero que el Hijo, ni los dos primeros que el Espíritu Santo. Adoro al Padre como Dios, al Hijo como Dios y al Espíritu Santo como Dios; y con todo, en los tres solo creo y adoro un solo Dios. Yo no entiendo, Señor, este misterio; pero cautivo mi entendimiento en obsequio de la fe, para mayor gloría Tuya y mérito mío. Ofrezco estos profundísimos sentimientos de religión, con reverencia y amor, como unos votos gratísimos a Tu Santidad, para que por ello perdones tantas ofensas cometidas contra Tú Majestad increada.
¡Oh Trinidad Beatísima! A Ti suspira la trinidad miserable de mis potencias. Mi memoria, muy enferma de fragilidad; mi entendimiento, atestado de ignorancia; mi voluntad, contagiada de inclinaciones al mal. Sánala, purifícala, y dame auxilios para que jamás falte a los propósitos que Te has dignado inspirarme; que yo prometo de todo corazón dedicarme desde hoy en adelante a mantener la nobleza de costumbres que corresponde al carácter de Ti mismo con que me has sellado, y hacer todo el aprecio que me sea posible de Tu gracia y a valerme para conservarla de la devoción al misterio de Tu Augustísima Trinidad, en quien espero hallar misericordia, piedad y beneficencia para siempre. Amén.
He pecado, Dios mío, pero nunca negué, sino he creído constantemente en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo; que el Padre no tiene algún principio, que el Hijo es producido por el Padre, a quien es consubstancial, y que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, de cuyo amor recíproco es también consubstancial a ambos; que el Padre no es primero que el Hijo, ni los dos primeros que el Espíritu Santo. Adoro al Padre como Dios, al Hijo como Dios y al Espíritu Santo como Dios; y con todo, en los tres solo creo y adoro un solo Dios. Yo no entiendo, Señor, este misterio; pero cautivo mi entendimiento en obsequio de la fe, para mayor gloría Tuya y mérito mío. Ofrezco estos profundísimos sentimientos de religión, con reverencia y amor, como unos votos gratísimos a Tu Santidad, para que por ello perdones tantas ofensas cometidas contra Tú Majestad increada.
¡Oh Trinidad Beatísima! A Ti suspira la trinidad miserable de mis potencias. Mi memoria, muy enferma de fragilidad; mi entendimiento, atestado de ignorancia; mi voluntad, contagiada de inclinaciones al mal. Sánala, purifícala, y dame auxilios para que jamás falte a los propósitos que Te has dignado inspirarme; que yo prometo de todo corazón dedicarme desde hoy en adelante a mantener la nobleza de costumbres que corresponde al carácter de Ti mismo con que me has sellado, y hacer todo el aprecio que me sea posible de Tu gracia y a valerme para conservarla de la devoción al misterio de Tu Augustísima Trinidad, en quien espero hallar misericordia, piedad y beneficencia para siempre. Amén.
Himno
Ya
se va el sol de Fuego, Tú Unidad, Luz Perenne,
Trinidad
Santa infunde Tu amor en nuestra mente
De
mañana y de tarde, Rogamos que nos
lleves a alabarte en el cielo con himnos
reverentes.
Al Padre, al Hijo y a Ti Divino Espíritu, siempre la gloria
Al Padre, al Hijo y a Ti Divino Espíritu, siempre la gloria
Que
hasta aquí sea dada eternamente. Amén.
Con los Serafines. Santo,
Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten
misericordia de nosotros.
Con los Querubines.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los
ejércitos.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros.
Con los Tronos. Santo,
Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros.
ORACIÓN
A DIOS PADRE:
Omnipotente y sempiterno Dios
Padre, que con tu Unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, Uno
en la esencia y Trino en las Personas. Yo te adoro, venero y bendigo con las
tres angélicas jerarquías; y con los tres Coros de la primera, amantes
Serafines, sabios Querubines y excelsos Tronos, te aclamo Santo, Santo, Santo,
poderoso y Eterno Padre del Verbo Divino, principio del Espíritu Santo, Señor
de los Cielos y de la Tierra, a quien
sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro y Gloria al Padre.
Con las Dominaciones.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los
ejércitos.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten
misericordia de nosotros.
Con las Virtudes. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten
misericordia de nosotros.
Con las Potestades. Santo,
Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten
misericordia de nosotros.
ORACIÓN
A DIOS HIJO:
Sabio y soberano Dios Hijo, hecho
hombre por nosotros, que con tu Eterno Padre y el Divino Espíritu eres un solo
Dios, Uno en la esencia, y Trino en las Personas. Yo te adoro, venero y bendigo
con las tres angélicas jerarquías y con
los tres Coros de la segunda, Dominaciones, Virtudes y Potestades, te aclamo
Santo, Santo, Santo, Omnipotente Verbo Divino y Unigénito Hijo de Dios,
principio del Espíritu Santo, Señor de los Cielos y de la Tierra, a quien sea la gloria por los siglos
de los siglos. Amén.
Padre
Nuestro y Gloria al Padre.
Con los Principados. Santo, Santo,
Santo, Señor Dios de los ejércitos.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros.
Con los Arcángeles. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los
ejércitos.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros.
Con los Ángeles. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los
ejércitos.
Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros.
ORACIÓN A DIOS ESPÍRITU SANTO:
Amante Dios, Espíritu Santo, Amor
divino, que con el Eterno Padre y su Unigénito Hijo eres un solo Dios, Uno en
la esencia y Trino en las Personas.
Yo te adoro, venero y bendigo con las
tres angélicas jerarquías y con los tres
Coros de la tercera, Principados, Arcángeles y Ángeles, te aclamo Santo, Santo,
Santo, Divino Amor y suavísima unión del Eterno Padre y del Hijo, procediendo
en amor de uno y otro, Señor de los Cielos y de la tierra,
a quien sea la gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
Antífona.
Tres son los que
dan testimonio en el Cielo;
el Padre, el Verbo y
el Espíritu Santo, y estos tres son una misma cosa.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo. Alabémosle y ensalcémosle en todos los siglos.
Oración.
Altísimo e incomprensible Dios, que
dentro del Santuario de Tu Divina Naturaleza, donde nadie entra, tienes
encerrado el misterio de Tu Trinidad Santísima, a quien no se puede correr el
velo para verla de lleno, sino que todas las criaturas debemos adorarla
profundamente desde fuera; dígnate admitir nuestros humildes votos,
deprecaciones y alabanzas, que presentamos reverentemente al pie del trono de
Tu inefable Majestad, por los merecimientos de Nuestro Señor Jesucristo, que
contigo, vive y reina en unidad del Espíritu Santo Dios, por todos los siglos
de los siglos. Amén
GOZOS A DIOS TRINO Y UNO
¡Señor Dios! En
dulce canto.
Te alaban los Querubines,
Te alaban los Querubines,
Ángeles y Serafines dicen Santo, Santo, Santo.
Eterna
y Pura Deidad.
De incomparable excelencia,
Que en la Unidad de Tu esencia
Encierras la Trinidad:
De nuestra fe la humildad.
Te adora en sencillo canto.
Te adora en sencillo canto.
Ángeles y serafines dicen: Santo, Santo, Santo.
Tú del hombre delincuente.
Tiernos suspiros recoges,Y sus plegarias acoges,
Porque eres Padre clemente.
¿Quién, amándote, no siente
Trocarse en dicha el quebranto?
Ángeles, y serafines dicen: Santo, Santo, Santo.
Con sus cánticos de gloria.
De tus prodigios la historia,
Que gozosos admiraron.
La fe, Señor, nos legaron,
Que es nuestro escudo y encanto.
Ángeles y serafines dicen: Santo, Santo, Santo.
Cuando tu justa venganza.
Con plagas al hombre aterra, Y hace estremecer la tierra.
Y airada sus rayos lanza,
La luz de nuestra esperanza.
Es tu nombre Sacrosanto. Ángeles y serafines dicen: Santo, Santo, Santo.
Tus excelsas bendiciones
Derrama pródigo y tierno,
Y a tus hijos ¡Dios eterno!
Colma de inefables dones.
Para su dicha dispones
Tanto bien, prodigio tanto.
Ángeles y serafines dicen: Santo, Santo, Santo.
Ardiera en el sacro fuego,
Para alzar su humilde ruego
En divinas melodías!
Supla a nuestras voces frías
La tierra, el mar, entretanto.
Por el misterio que adora
¡Oh Dios! tu escogida grey,
Signa Tu Divina Ley,
Y de la muerte en la hora,
Con su sombra bienhechora
Nos cubra Tu regio manto.
Ángeles y serafines dicen:
Santo, Santo, Santo.
¡Señor
Dios! En dulce canto
Te alaban los Querubines,
Ángeles y Serafines dicen: Santo,
Santo, Santo.
Antífona.
Bendita seas, Santísima Trinidad, Unidad indivisible
de nuestro Dios; nosotros confesamos este misterio Augustísimo de ser con
cuanta reverencia podemos, porque no cesas de ejercitar en nosotros Tu
Misericordia. Bendito eres Señor en el
Firmamento del Cielo. Y llena está de Tu gloria la Tierra.
Oremos.
Omnipotente y sempiterno Dios, que has concedido a tus siervos la gracia de conocer en la confesión de la verdadera fe, la gloria de la eterna Trinidad de tus Personas y de adorar en el Poder de la Majestad la Unidad de tu incomprensible Naturaleza; nosotros te suplicamos que por la firmeza de esta misma fe, seamos libres de todo género de adversidades. Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
Omnipotente y sempiterno Dios, que has concedido a tus siervos la gracia de conocer en la confesión de la verdadera fe, la gloria de la eterna Trinidad de tus Personas y de adorar en el Poder de la Majestad la Unidad de tu incomprensible Naturaleza; nosotros te suplicamos que por la firmeza de esta misma fe, seamos libres de todo género de adversidades. Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
Dios, de quien
viene la santidad en los deseos, la rectitud de los consejos y la justicia en
las obras; concede a tus siervos la paz que el mundo no puede dar, para que
entregados nuestros corazones a la observancia de tus Mandamientos y desterrado
el miedo de todo enemigo, tengan con tu protección los tiempos tranquilidad.
Por Nuestro Señor Tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.
COMUNIÓN
ESPIRITUAL
¡OH SANGRE de Jesucristo! ¡Yo Te adoro en Tu Eucarística
presencia en el Altar! Yo creo en Tu poder y dulzura; penetra en mi alma y
purifícala, en mi corazón e inflámalo. PRECIOSA SANGRE de Jesús, realmente
presente en la Sagrada Hostia, alumbra mi inteligencia, toma Posesión de mi
mente, circula siempre en mis venas, que todos mis sentidos sean marcados con
Tu divina unción, que mi corazón lata solo por Tu gloria y que mis labios
te alaben por siempre. Amén.
Bendita Sea La Justa Mano,Bendito Sea Su Santo Enojo,
Bendita Sea Su Perfecta Justicia.
LECTURA DEL EVANGELIO DEL DÍA, del Misal o en www.evangeliodeldia.org
ORACIÓN A SAN
MIGUEL ARCÁNGEL
Ángel de mi guarda, mi dulce compañía,
no me desampares ni de noche ni de día;
no me dejes solo, que me perdería,
y llévame de la mano a Jesús y María. Amén.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos.
Señor escúchanos.
Dios Padre, Creador de los Ángeles, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Señor de los Ángeles, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, Vida de los Ángeles, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, Delicia de todos los Ángeles, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.
Todos los Coros de los Espíritus bienaventurados, rueguen por nosotros.
Santos Serafines, Ángeles del Amor, rueguen por nosotros.
Santos Querubines, Ángeles de la Palabra, rueguen por nosotros.
Santos Tronos, Ángeles de la Vida, rueguen por nosotros.
Santos Ángeles de la Adoración, rueguen por nosotros.
Santas Dominaciones, rueguen por nosotros.
Santas Potestades, rueguen por nosotros
Santos Principados del
Cielo, rueguen por nosotros
Santas Virtudes, rueguen por nosotros
Santas Virtudes, rueguen por nosotros
San
Miguel Arcángel, ruega por nosotros.
Vencedor de Lucifer, ruega por nosotros.
Ángel de la fe y de la humildad, ruega por nosotros.
Preservador de la Santa Unción, ruega por nosotros.
Patrono de los moribundos, ruega por nosotros.
Príncipe de los ejércitos celestiales, ruega por nosotros.
Compañero de las almas de los difuntos, ruega por nosotros.
San Gabriel Arcángel, ruega por nosotros.
Santo Ángel de la Encarnación, ruega por nosotros.
Fiel mensajero de Dios, ruega por nosotros.
Ángel de la esperanza y de la paz, ruega por nosotros.
Protector de todos los siervos y siervas de Dios, ruega por nosotros.
Guardián del Santo Bautismo, ruega por nosotros.
Patrono de los Sacerdotes, ruega por nosotros.
San Rafael Arcángel, ruega por nosotros.
Ángel del Amor Divino, ruega por nosotros.
Vencedor del enemigo malo, ruega por nosotros.
Auxiliador en la gran necesidad, ruega por nosotros.
Ángel del dolor y de la curación, ruega por nosotros.
Patrono de los médicos, de los caminantes y de los viajeros, ruega por nosotros.
Grandes Arcángeles Santos, rueguen por nosotros.
Ángeles del servicio ante el Trono de Dios, rueguen por nosotros.
Ángeles del servicio para los hombres, rueguen por nosotros.
Santos Ángeles custodios, rueguen por nosotros.
Auxiliadores en nuestras necesidades, rueguen por nosotros.
Luz en nuestra oscuridad, rueguen por nosotros.
Apoyo en todo peligro, rueguen por nosotros.
Exhortadores de nuestra conciencia, rueguen por nosotros.
Intercesores ante el Trono de Dios, rueguen por nosotros.
Escudo de la defensa contra el enemigo maligno, rueguen por nosotros.
Constantes compañeros nuestros, rueguen por nosotros.
Segurísimos conductores nuestros, rueguen por nosotros.
Fidelísimos amigos nuestros, rueguen por nosotros.
Sabios consejeros nuestros, rueguen por nosotros.
Ejemplo de nuestra obediencia, rueguen por nosotros.
Consoladores en el abandono, rueguen por nosotros.
Espejo de la humildad y de la pureza, rueguen por nosotros.
Ángeles de nuestra familia, rueguen por nosotros
Ángeles de nuestros sacerdotes y pastores, rueguen por nosotros.
Ángeles de nuestros niños, rueguen por nosotros.
Vencedor de Lucifer, ruega por nosotros.
Ángel de la fe y de la humildad, ruega por nosotros.
Preservador de la Santa Unción, ruega por nosotros.
Patrono de los moribundos, ruega por nosotros.
Príncipe de los ejércitos celestiales, ruega por nosotros.
Compañero de las almas de los difuntos, ruega por nosotros.
San Gabriel Arcángel, ruega por nosotros.
Santo Ángel de la Encarnación, ruega por nosotros.
Fiel mensajero de Dios, ruega por nosotros.
Ángel de la esperanza y de la paz, ruega por nosotros.
Protector de todos los siervos y siervas de Dios, ruega por nosotros.
Guardián del Santo Bautismo, ruega por nosotros.
Patrono de los Sacerdotes, ruega por nosotros.
San Rafael Arcángel, ruega por nosotros.
Ángel del Amor Divino, ruega por nosotros.
Vencedor del enemigo malo, ruega por nosotros.
Auxiliador en la gran necesidad, ruega por nosotros.
Ángel del dolor y de la curación, ruega por nosotros.
Patrono de los médicos, de los caminantes y de los viajeros, ruega por nosotros.
Grandes Arcángeles Santos, rueguen por nosotros.
Ángeles del servicio ante el Trono de Dios, rueguen por nosotros.
Ángeles del servicio para los hombres, rueguen por nosotros.
Santos Ángeles custodios, rueguen por nosotros.
Auxiliadores en nuestras necesidades, rueguen por nosotros.
Luz en nuestra oscuridad, rueguen por nosotros.
Apoyo en todo peligro, rueguen por nosotros.
Exhortadores de nuestra conciencia, rueguen por nosotros.
Intercesores ante el Trono de Dios, rueguen por nosotros.
Escudo de la defensa contra el enemigo maligno, rueguen por nosotros.
Constantes compañeros nuestros, rueguen por nosotros.
Segurísimos conductores nuestros, rueguen por nosotros.
Fidelísimos amigos nuestros, rueguen por nosotros.
Sabios consejeros nuestros, rueguen por nosotros.
Ejemplo de nuestra obediencia, rueguen por nosotros.
Consoladores en el abandono, rueguen por nosotros.
Espejo de la humildad y de la pureza, rueguen por nosotros.
Ángeles de nuestra familia, rueguen por nosotros
Ángeles de nuestros sacerdotes y pastores, rueguen por nosotros.
Ángeles de nuestros niños, rueguen por nosotros.
Ángeles
de nuestra tierra y patria, rueguen
por nosotros.
Ángeles de la Santa Iglesia, rueguen por nosotros.
Todos los Santos Ángeles, rueguen por nosotros.
Ángeles de la Santa Iglesia, rueguen por nosotros.
Todos los Santos Ángeles, rueguen por nosotros.
Ángeles
de Dios, asístanos en la vida.
Ángeles de Dios, asístanos en la muerte.
Ángeles de Dios, en el cielo se los agradeceremos.
Ángeles de Dios, asístanos en la muerte.
Ángeles de Dios, en el cielo se los agradeceremos.
Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo,
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten piedad de nosotros Señor.
Cristo,
óyenos.
Cristo, escúchanos.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, escúchanos.
Señor, ten piedad de nosotros.
Dios mandó a sus Ángeles que cuiden de ti, los cuales
te guardan en todos tus caminos.
Oremos:
Omnipotente
y Eterno Dios, envíanos la guarda de tus ejércitos celestiales para que seamos
preservadores de los terribles ataques del enemigo maligno, y que preservados
de todo peligro por la Sangre Preciosísima de Nuestro Señor Jesucristo y por la
intercesión de la Santísima Inmaculada Virgen María, te podamos servir
nuevamente en la paz por Nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, que contigo y el
Espíritu Santo vive y reina como Dios en la eternidad. Amén.
CONSAGRACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE
Preciosa
Sangre palpitando en el Eucarístico Corazón de Jesús, yo Te adoro y Te ofrezco
en homenaje mi alabanza y amor. En el Calvario Tú vertiste el precio de mi
redención; en el altar, Tú eres mi vida y la fuente de todas las gracias que se
haya nunca conocido.
SANGRE DIVINA, yo Te doy gracias, Tú eres el
grandísimo regalo de Dios al hombre, la prueba y promesa del amor eterno. OH! SANGRE SALVADORA, tan a
menudo desconocida, despreciada y olvidada, yo me obligaré a
ofrecerte reparación durante mi vida, por mediación
del Inmaculado Corazón de María, mi Madre, yo me consagro todos los días de mi vida a Tu amor y adoración, yo
pongo mi casa en especial manera bajo tu poderosa protección; que Tu bendición
siempre descanse sobre mi familia y sobre todos quienes son queridos por mí.
Cuando
las tormentas de la vida se aglomeren cerca de mí, cuando pruebas y tentaciones
me opriman fuertemente, sé Tú mi refugio y mi fuerza. Bendecidos por Ti, mis
gozos serán más dulces y cada tristeza que yo tenga Tú la suavizarás. Sobre
todo, a la hora de la muerte, OH! PRECIOSA
SANGRE sé Tú mi paz y mi esperanza. Que tu insignia sea mi pasaporte
a las Eternas playas, Tu Voz mi mediadora delante del trono de la Justicia de
Dios abriéndome las puertas de la Ciudad Inmortal donde por siempre te amaré y
gozaré en Ti, Amén.
CORONA DE LA
MISERICORDIA
En
el Nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Se reza: El Credo, El Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Se reza: El Credo, El Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Jaculatoria:
Oh Sangre y Agua que brotaste del
Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para
nosotros, yo confío en ti.
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
como reparación por nuestros
pecados y los pecados del mundo entero."
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
como reparación por nuestros
pecados y los pecados del mundo entero."
"Por la Pasión dolorosa de Jesús,
Ten piedad y misericordia de nosotros
y del mundo entero."
Ten piedad y misericordia de nosotros
y del mundo entero."
"Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."
Oración Final
Oh Sangre y Agua que brotaron del corazón de Jesús como un manantial de Misericordia.
!!! JESÚS EN TÍ CONFÍO !!!
!!! JESÚS EN TÍ CONFÍO !!!
INVOCACIÓN A SAN JOSÉ
Oh
bienaventurado San José, te pido Tu protección y te suplico que socorras mis
necesidades. Aparta de mí todo peligro de pecado y asísteme propicio en esta
lucha contra el poder de las tinieblas. Defiende a la Iglesia Santa de Dios de
las acechanzas de sus enemigos y protégenos a cada uno de nosotros con Tu
Perpetuo Patrocinio para que podamos santamente vivir y piadosamente morir, y
alcanzar así la eterna Bienaventuranza.
ALABANZA
DE DESAGRAVIO
Te
rogamos dulce Jesús por los que no ruegan; te bendecimos, por los
que te maldicen; te adoramos, por los que te ultrajan. Suba Señor ante
Ti, el doloroso grito de expiación y arrepentimiento; por las infidelidades y
sacrilegios, por los odios y rencores, por las blasfemias, impurezas y
escándalos, por los robos e injusticias, por las debilidades y respetos
humanos, por los crímenes de los esposos, las negligencias de los padres y las
faltas de los hijos, por las persecuciones y los abusos de los sacramentos, por
la diabólica labor de la prensa, radio, cine y televisión, inmorales y
blasfemos. Perdón Señor y ten piedad de todos y del más necesitado
de Tu gracia. Reparamos y Te desagraviamos de todo corazón por las
traiciones de que eres objeto y te
reconocemos como Rey Universal, dueño absoluto de todo cuanto existe por los
siglos de los siglos. Amén.
¡VEN
ESPÍRITU SANTO! Que Tu Presencia renueve la faz de la Tierra, que todo sea
hecho nuevo, purifica al mundo con el Fuego Celestial del
Amor del Padre.
Oh, Luz de los Sagrados
Corazones
De Jesús y de María.
Sean para siempre fortaleza
y salvación del alma mía,
Y cuando mi muerte llegase
Sean Ambos mi dulce y eterna
Compañía. Amén.
Sean para siempre fortaleza
y salvación del alma mía,
Y cuando mi muerte llegase
Sean Ambos mi dulce y eterna
Compañía. Amén.
OFRECIMIENTO DE VIDA
Mi amado Jesús, delante de las
personas de la Santísima Trinidad, delante de Nuestra Madre del Cielo y toda la
corte celestial, ofrezco según las intenciones de tu Corazón Eucarístico y las
del Inmaculado Corazón de María Santísima, toda mi vida y mientras viva, todas
las buenas obras, oraciones, trabajos, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a
los méritos de tu Santísima Sangre y tu Muerte de Cruz, para adorar a la
gloriosa Santísima Trinidad, para ofrecerle reparación y desagravio
por nuestras ofensas, por la unión de nuestra Santa Madre Iglesia, por la
santidad de los sacerdotes, por buenas y santas vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por todas las almas hasta el fin del mundo. Recibe, Jesús
mío, mi ofrecimiento de vida y concédeme gracias para perseverar en el
fielmente hasta el fin de mi vida. Amén.
JACULATORIAS DE ARREPENTIMIENTO
Jesús mío, ¡Te amo sobre todas las cosas: Por amor a Ti,
me arrepiento de todos mis pecados! Me
duelen también los pecados de todo el mundo. ¡Oh,
Amor, Misericordioso! En unión con Nuestra Madre Santísima del Corazón
Inmaculado, suplico a Ti perdón de mis pecados y de todos los
pecados de los hombres, mis hermanos hasta el fin del mundo.
¡Mi
amado Jesús! En unión con los méritos de tus Sagradas Llagas, ofrezco mi
vida, al Eterno Padre, según las intenciones de la Virgen Santísima
Dolorosa.
¡Virgen María, Reina del universo, intercesora de la
humanidad, única salvadora y esperanza nuestra! RUEGA POR NOSOTROS.
Comunión
Espiritual:
"Oh,
querido Ángel Guardián, con respeto reverencial lleva mi espíritu
volando hasta el Santísimo
Tabernáculo y retorna a mi ser la Gracia que sólo Jesús puede
dar. Amén.
DICE DIOS PADRE: (Os
pido que cubráis todo con mi amor).
“Que el amor de la Santísima Trinidad cubra,
proteja a todo lo visible e invisible, a todas las almas, a todo lo creado,
contra todo aquello que Satanás ha afectado y que ha llevado hacia el mal.”
Amén.
(Haced continuamente esta oración mis pequeños. De ésta
forma mi amor protegerá toda la tierra, así le quitareis fuerza a Satanás, pues
él no puede contra Mí y jamás podrá destruir todo aquello bendito y protegido
con Mi amor).
ARMADURA ESPIRITUAL. - Para hacerla en la mañana antes de al salir a la calle, y por la
noche antes de acostarse, hacer extensivas estas oraciones a vuestras
familias, se reza con el Salmo 91.- (Con el fin de obtener la protección de
Dios).
'OH CORAZA DE LA SANGRE DEL REDENTOR, PROTÉGENOS EN TODOS NUESTROS CAMINOS
Y BATALLAS ESPIRITUALES, CUBRE NUESTROS PENSAMIENTOS, POTENCIAS Y SENTIDOS CON
TU CORAZA PROTECTORA, REVISTE NUESTRO CUERPO CON TU PODER. QUE LOS DARDOS
INCENDIARIOS DEL MALIGNO, NO NOS TOQUEN NI EN EL CUERPO. NI EN EL ALMA, QUE EL
VENENO, NI EL HECHIZO, NI EL OCULTISMO NOS HAGAN DAÑO, QUE NINGÚN ESPÍRITU
ENCARNADO O DESENCARNADO NOS PERTURBE. QUE SATANÁS Y SUS HUESTES DEL MAL, HUYAN
DE NOSOTROS AL VER LA CORAZA DE TU SANGRE PROTECTORA. LIBÉRANOS DE TODO MAL Y
PELIGRO GLORIOSA SANGRE DEL REDENTOR PARA QUE PODAMOS CUMPLIR LA MISIÓN QUE NOS
HA SIDO ENCOMENDADA Y DAR GLORIA A DIOS. NOS CONSAGRAMOS Y CONSAGRAMOS NUESTRAS
FAMILIAS VOLUNTARIAMENTE AL PODER DE TU SANGRE REDENTORA. OH MI BUEN JESÚS,
LIBÉRANOS A NOSOTROS Y A NUESTRA FAMILIA Y SERES QUERIDOS DE TODO MAL Y PELIGRO. AMEN
SALMO 91. "Tú que moras bajo la protección del Dios Altísimo y moras a la
sombra del Dios Omnipotente, di al Señor: Eres mi fortaleza y mi refugio, eres
mi Dios en quien confío. Pues Él te librará de la red del cazador, de la peste
mortal, te cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas, su
lealtad será para ti escudo y armadura. No temerás al terror de la noche, ni a
la flecha que vuela de día, ni a la peste que avanza en las tinieblas, ni al
azote que asola al medio día. Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu
diestra a ti no te alcanzarán, te bastará abrir los ojos, y verás que los
malvados reciben su merecido ya que has puesto tu refugio en el Señor y tu
cobijo en el Altísimo. A ti no te alcanzará la desgracia, ni la plaga llegará a
tu tienda, pues Él ordenó a sus santos ángeles que te guarden en todos tus
caminos, te llevarán en sus brazos para que tu pie no tropiece en piedra
alguna, andarás sobre el león y la serpiente, pisarás al tigre y al dragón.
Porque él se ha unido a Mí yo lo libraré, lo protegeré, pues conoce mi nombre
si me llama Yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré
de honores, le daré una larga vida, le haré gozar de mi salvación." Amén
(Instrucciones para colocarse la armadura espiritual en estos tiempos de
tribulación). "EN EL NOMBRE DE JESÚS:
NOS COLOCAMOS EL
CINTURÓN DE LA VERDAD. (Haces como si te estuvieras colocando un
cinturón).
NOS PONEMOS EL ESCUDO DE LA
JUSTICIA. (Lo mismo, simulas ponerte un escudo o coraza en el cuerpo
corno el que llevan los guerreros).
NOS CALZAMOS LOS PIES CON LAS SANDALIAS PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO. (Haces que te estás calzando).
NOS CALZAMOS LOS PIES CON LAS SANDALIAS PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO. (Haces que te estás calzando).
NOS PONEMOS EL CASCO DE LA
SALVACIÓN. (Simulas ponerte un casco en la cabeza).
Y EMPUÑAMOS EN TODO MOMENTO LA
ESPADA DEL ESPÍRITU QUE ES LA PALABRA DE DIOS. (Haces como si en verdad
empuñaras una espada). (San Pablo a los Efesios 6,18).
Se hace dos veces diarias junto
con las anteriores oraciones que aquí se encuentran). No olvidar hacer los
desagravios a Santísima Trinidad. Pues de quienes hagan los desagravios saldrán
los Ejércitos Marianos que combatirán al Anticristo.
ORACIÓN DICTADA POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO PARA PROTEGER NUESTRAS
MENTES DEL MALIGNO. CUYOS ATAQUES ESTÁN PROLIFERANDO EN EL MUNDO PARA PERDER
VUESTRAS ALMAS.
DESPUÉS DE REZAR LA ARMADURA ESPIRITUAL. HACER TODOS LOS DÍAS ESTA ORACIÓN
AL LEVANTARSE Y ACOSTAR.
SEÑOR JESÚS YO… (Nombres y apellidos
nuestros y los de todos los que queremos proteger). Te consagramos nuestras
mentes, con sus potencias, sentidos, pensamientos, memoria consiente inconsciente
y subconsciente a Tu Gloriosa Sangre derramada por Ti, a nuestro favor.
Nos sellamos y protegemos con Tu Sangre Redentora de todo falso
pensamiento, de toda sugestión negativa, de toda falsa imaginación, de todo
temor, de todo engaño del maligno. Que tu poderosa Sangre Redentora, Señor
Jesús, nos limpie, purifique, descontamine, libere y nos conceda la gracia
especial de poseer dominio absoluto en nuestra integridad física, psíquica,
biológica y espiritual. Amén.
Poderosa sangre de salvación, combate al enemigo en nuestro cuerpo, mente y espíritu. (Repetir
esta jaculatoria tres veces, después de la anterior oración, así como
también, cuando sintáis ataques fuertes del enemigo).
MEDITACIÓN DE LOS SIETE DOLORES DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE Y
DE LAS SIETE PALABRAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
LUNES
PRIMER
DOLOR:
Señor
mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi
Señora la Virgen María, cuando le profetizó Simeón que una espada de dolor
atravesaría su alma; por este dolor te pido conocimiento y contrición de mis
culpas.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
PRIMERA
PALABRA.
"Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen."
Señor
Jesús, la primera palabra que dices mientras te clavan las manos y los pies y
te crucifican en medio de feroces insultos y burlas de tus enemigos, es una
palabra de perdón. Tú que mandaste orar por los que nos tratan mal, nos estás
dando ejemplo. Tú sabes que en todo pecado hay un poco de ignorancia, de
debilidad y de falta de reflexión y aprovechas de esto para pedir perdón de los
pecados. Tú has dicho: "Padre, perdónalos".
Señor,
que ésta sea nuestra oración en los ataques de cólera ante las ofensas que
recibimos. Tú sabes que la prontitud en perdonar a los que nos ofenden, es el
termómetro que marca la santidad que tenemos y el grado de nobleza.
"Perdónalos porque no saben lo que hacen". Jamás ha existido un
abogado tan hábil para defender a sus clientes como Tú Oh Jesucristo, para
defendernos a nosotros los pecadores. Tú nos enseñas a orar por los que nos
ofenden porque sabes que si oramos por los que nos han tratado mal no seremos
capaces de odiarlos. Al recomendarnos el Padrenuestro nos mandaste decir:
"Perdona nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.". Y con el ejemplo Tuyo en la Cruz nos estás enseñando cómo se
perdona a los que nos ofenden. Es un ejemplo muy necesario porque Tú sabes lo
difícil que nos queda perdonar y pedir bendiciones para los que nos maldicen.
Tú has dicho: "Si no perdonáis de corazón a los demás, tampoco el Padre
Celestial os perdonará a vosotros". Concédenos Señor el perdonar siempre y
haz que seamos para siempre perdonados por Dios. Amén.
Rezar una oración por las personas que no nos quieren, por las que nos han ofendido, nos tratan mal o hablan mal de nosotros.
Rezar una oración por las personas que no nos quieren, por las que nos han ofendido, nos tratan mal o hablan mal de nosotros.
MARTES
SEGUNDO DOLOR
Señor
mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi
Señora la Virgen María al saber la crueldad con que Herodes intentaba quitarte
la vida, y por los trabajos que padeciste en el camino y destierro a Egipto;
por este dolor te pido una santa resignación en todas las tribulaciones que te
dignes enviarme.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SEGUNDA PALABRA
"En
verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso".
Señor
Jesucristo, el que estaba crucificado a tu derecha en el calvario había
contemplado ya la paciencia, la dulzura, el ánimo majestuoso y sereno y la
piedad con que Tú sufrías el martirio de la cruz. Luego te oyó decir
"Perdónalos porque no saben lo que hacen". Esto lo animó a
suplicarte diciendo: "Acuérdate de mí cuando estés en Tu Reino". Y
vino la respuesta de Tu inmensa Bondad: "Hoy estarás conmigo en el
Paraíso". Estar junto a Ti, Señor Jesucristo, ese será nuestro verdadero
paraíso. Con aquel malhechor demostraste que la Misericordia de Dios jamás rechaza
a un pecador arrepentido. Tú dijiste un día: "A quien mucho se le ha
perdonado, mucho ama". Nosotros te queremos amar inmensamente porque son
muchos los pecados que has tenido que perdonarnos. El ladrón de la cruz te
pidió solamente que te acordaras de él y Tú lo llevaste ese mismo día al
Paraíso. Es que siempre concedes a cada uno muchísimo más de lo que te pedimos.
Bendito seas para siempre Señor.
Tu
Señor, desde la cruz conmoviste el corazón de un malhechor. Y ese milagro lo
sigues repitiendo cada día. Siempre que uno de nosotros te contempla
crucificado, y piensa en lo mucho que por nuestra salvación has sufrido, esas
manos abiertas para perdonar nos llenan de consuelo y de esperanza. Los que
tenemos tantas maldades en nuestra vida pasada te decimos también: "Cristo,
ya que estás en Tu Reino, acuérdate de nosotros". Y sabemos que Tus oídos
sí nos están escuchando. Esperamos que en esta vida nos ayudarás a sufrir con
paciencia la cruz de los sufrimientos de cada día; que en la agonía tendremos
el Crucifijo en nuestras manos y besándolo cariñosamente diremos: "Jesús,
Jesús, acuérdate de mí", y que en la hora de nuestra muerte nos llevarás
al Paraíso a todos los que te hemos invocado en la tierra Tu sublime promesa:
"A todo el que me proclame delante de la gente de este mundo, Yo le
proclamaré delante de mi Padre y de los Ángeles en el Cielo".
Amén.
Rezar una oración, padre nuestro,
ave maría, y gloria por aquellos pecadores que estén en mayor peligro de
condenarse, y por aquellos pecadores que son familiares nuestros.
MIÉRCOLES
TERCER
DOLOR
Señor mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi Señora la Virgen María cuando te perdió tres días; por este dolor te pido remisión de mis pecados.
Señor mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi Señora la Virgen María cuando te perdió tres días; por este dolor te pido remisión de mis pecados.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
TERCERA
PALABRA
Y
dijo Jesús a su Madre: "Mujer, he ahí a tu hijo", y al
discípulo: "He ahí a tu Madre."
Señor
Jesús, Tú no estabas solo en el Calvario. Allí estaba tu Madre Santísima y
Tu discípulo amado, el Apóstol San Juan. La Iglesia siempre ha querido y creído
que San Juan nos representaba allí a todos nosotros. Y a ese hombre que nos
estaba representando allí, Tú le diste por Madre a Tu propia Madre. Gracias
Señor. Ahora podemos decir: "La Madre de Nuestro Dios es también Madre
nuestra". Sabemos oh Cristo que Tú todo lo que haces lo haces
perfectamente bien hecho, y por eso al darnos por Madre a María Santísima le
has infundido un gran amor hacia nosotros. Ojalá nos infundas también un gran
amor hacia Ella. A María, tu Madre Purísima que es la más santa de todas las
mujeres, le permitiste sufrir más que a las demás. ¿Por qué? Seguramente porque
el sufrimiento no es castigo sino escalera para llegar a la más alta cumbre de
la Santidad y del premio celestial. Señor, que así lo comprendamos. "He
aquí a tu hijo" le dijiste a Ella en la cruz. Así le queremos decir
también nosotros: "He aquí a tu hijo". Hijos desagradecidos, hijos
manchados, pero con enorme deseo de reformar nuestra vida y alcanzar la
santidad y la salvación. Por eso le decimos cada día: "Ruega por nosotros
pecadores, ahora". Ahora, cuando la vida está llena de sustos y de afanes.
Ahora cuando las pasiones nos echan por el rodadero de las malas costumbres.
Ahora, que llevamos el vestido de la gracia hecho harapos, volvemos a la Madre
Santa para que arregle con la gracia del arrepentimiento nuestras vidas
desechas. Señor, en el calvario cada martillazo en Tus manos y en Tus pies era
un martillazo en el Corazón de Tu Santa Madre.
Tú
que le diste a Ella fuerzas para sufrir todo por amor a Dios y por nuestra
salvación, haz que también nosotros soportemos las penas de la vida por amor a
nuestro Dios y por la salvación de las almas. Amén.
Rezar una oración a la Virgen
María por los agonizante
JUEVES
CUARTO DOLOR
Señor
mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi
Señora la Virgen María cuando te vio cargando el infame madero de la Cruz yendo
dócil al suplicio; por este dolor te pido las virtudes que por el pecado perdí.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
CUARTA
PALABRA
"Dios
mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?"
Señor
Jesucristo, Tú sabías que muchos de nosotros tendríamos que pasar por momentos
semejantes al de Tu agonía en la cruz, momentos en los que parece que Dios se
haya alejado y nos haya abandonado, y quisiste enseñarnos a rezar también en
esas situaciones tremendas. Tú quisiste acompañarnos en las más terribles
situaciones de la vida humana, para que no haya sitio de dolor al que tengamos
que ir nosotros, en el cual Tú no hayas estado antes. Tú nos quieres recordar
que el verdadero vencedor es el que se niega a creer que Dios lo ha abandonado
definitivamente. Tú querías decirnos a todos que aunque hasta el último momento
parezca que la derrota nos persigue, si tenemos fe en Dios tenemos el triunfo
asegurado, aunque todos los apoyos humanos hayan desaparecido. Con este grito
Tuyo nos quisiste enseñar que una súplica emocionada queda muy bien en los
labios de los que amamos a Dios.
En
la cruz mientras sufres vas diciendo: "Dios mío, Dios mío..." Sufres
rezando para enseñar a Tus amigos el modo perfecto de sufrir. Quieres que
también nosotros cuando parezca que todo está perdido, lancemos con fuerza
nuestra voz de angustia al cielo. Que digamos a Dios con el Salmista:
"Despierta, Señor, ¿Por qué duermes?", o con los Apóstoles en la
noche de la tempestad: "Sálvanos Señor que perecemos". Dios parecerá
despertar de su aparente sueño, y vendrá, y no podrán más las amarguras de la
vida que el poder de Dios. Así lo esperamos por los méritos de Tu Santísima
Agonía, Pasión y Muerte. Amén.
Dar a una
familia pobre, a una cárcel, un hospital, o iglesia, alguna limosna que
nos cueste. Y esto es sufragio de las benditas
almas.
(La Biblia
dice: "La limosna borra muchos pecados". Tobías)
VIERNES.
QUINTO DOLOR
Señor
mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi
Señora la Virgen María cuando te vio crucificado; por este dolor te pido el don
de la gracia, y antes de mi muerte, tu Cuerpo en comida. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
QUINTA
PALABRA
"Tengo sed".
Señor
Jesucristo, la sed fue quizá uno de los tormentos más intolerables en Tus horas
de crucifixión. Las heridas expuestas al sol te producían gran fiebre, y se
cumplió lo que habían anunciado los Profetas, que en Tu sed te darían a beber
hiel y vinagre. Cuando enviabas hacia la humanidad los torrentes de agua viva
de Tus gracias y bendiciones para apagar la sed de todas las gentes, Tú tenías
que exclamar: "Tengo sed". Con sed de hacernos bien moriste, oh
Cristo y viviste siempre esa sed. Tenías sed en el cuerpo pero sed más grande
todavía en Tu Espíritu por salvarnos, sed, deseo grande de obtener que te
amemos y que te obedezcamos. Señor, que no seamos como aquel soldado que te
alcanzó una esponja llena de vinagre y Tú lo bebiste Todo. Todavía podemos calmar
Tu sed, llenando nuestra vida de actos de amor a Ti y de obediencia a Tus
mandatos. Por Tu sed en la cruz concédenos sed de salvar almas, y líbranos de
esta sed de placeres que nos domina. Era muy natural que tuvieras sed, por
tanta Sangre que habías derramado y por Tus sufrimientos. En estas tres horas
de lenta agonía Tu cuerpo perdía incesantemente Sangre a través de las heridas
de las manos y de los pies, y de las numerosas heridas hechas por los
latigazos. Tu cabeza estaba acribillada de punzadas de espinas, y en la
posición a que forzaba la cruz, Tu cuerpo no encontraba ni un momento de
reposo. Señor, al pensar en la pavorosa sed que sufriste en la cruz, queremos
ofrecerte también algún pequeño sacrificio en nuestras comidas y bebidas. Que
Tu ejemplo nos conmueva y que no suceda que mientras mueres de sed por
salvarnos, nosotros en cambio sólo busquemos dar gusto a los sentidos del
cuerpo. Que no andemos buscando solamente las comodidades de esta vida,
mientras Tú sufriste tanto por conseguirnos la felicidad en la vida eterna.
Claman Tus heridas, claman los clavos diciéndonos que Tú eres Amor y
Misericordia...
¿Qué
otro remedio podemos encontrar para mejorar nuestra alma que
la meditación de lo que Tú, nuestro Redentor, has
sufrido en la cruz? Cuando el águila del pecado
revolotee por encima de nuestra pobre alma queriéndola destrozar,
volveremos con el pensamiento como tímidas palomas a
refugiarnos en las heridas de Tus manos y de Tus pies, y allí
estaremos a salvo de los enemigos de nuestra salvación. Amén.
Por amor a Jesucristo y por el
descanso de las benditas almas, hacer algún sacrificio: dejando de comer algo,
o callando algo que deseábamos decir, o apagando por un rato el radio o
televisor. Lo que el Señor nos inspire. Él prometió grandes cosas para quienes
sepan ofrecerle algún sacrificio.
SÁBADO
SEXTO
DOLOR
Señor
mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi
Señora la Virgen María al tenerte en Sus brazos y contemplar Tus mortales
heridas; por este dolor te pido una verdadera devoción a Tu Pasión y
Muerte.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Sexta
Palabra:
"Todo está consumado".
Señor
Jesucristo, ya no quedaba ninguna profecía por cumplir. Ningún acto expiatorio
que hiciera falta para pagar las deudas de la humanidad. Completa estaba la
obra redentora. Sí, todo estaba cumplido, viniste al mundo en el tiempo que
habían anunciado los Profetas. Predicaste a los pobres. Fuiste manso y humilde.
Hiciste ver a los ciegos y oír a los sordos. Naciste de una Virgen. Tus
enemigos Te rodearon como fieras y Te odiaron gratuitamente. Tu lengua se pegó
al paladar de tanta sed. Todo como había sido anunciado en la Sagrada
Escritura: "Traspasaron Tus manos y
Tus pies y se pueden contar todos Tus huesos. Se han repartido Tus
vestiduras y te han crucificado en medio de malhechores. Todo se ha cumplido.
Todo está consumado". No
permaneciste en el sepulcro. Resucitaste al tercer día, reinas para
siempre y Tu Reino no tiene
fin.
Gracias
Señor por todo lo que has hecho por nosotros. Haz que imitando Tu vida Santa
seamos agradables a Dios en esta tierra y te acompañemos para siempre en el
Cielo. Amén.
DOMINGO
SÉPTIMO
DOLOR
Señor
mío Jesucristo, yo te saludo en honra y reverencia del dolor que padeció mi
Señora la Virgen María con la amarga soledad en que quedó al ser sepultado tu
Sacratísimo Cuerpo; por este dolor te pido verte en mi muerte asistiéndome con
los auxilios necesarios de Tu gracia para que así me recibas en los goces de la
vida eterna.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
SÉPTIMA
PALABRA
"Padre, en Tus manos encomiendo Mi espíritu".
Señor
Jesucristo, a la hora de tu muerte pronunciaste las palabras que después de Ti
han repetido tantos amigos Tuyos antes de morir y que ojalá sean las
últimas que pronuncien nuestros labios antes de partir hacia el encuentro del
Padre en la Eternidad: "Padre, en Tus manos encomiendo mi espíritu".
La primera y la última frase que se conocen de Ti van dirigidas al
Padre... La primera a los 12 años, al ser hallado en el Templo, cuando le
dijiste a María: "¿No sabéis que debo ocuparme en los asuntos de Mi Padre?",
y la última al momento de morir: "Padre, en Tus manos encomiendo Mi
Espíritu". El Padre es el gran presente en todas Tus horas, en Tu vida y
en Tu pensamiento. Rezando empezaste Tu vida y orando la terminas. Tú habías
dicho: "Destruid este templo, y en tres días lo reedificaré". Y en la
cruz destruyeron por completo ese templo que era Tu Cuerpo: la Cúpula, Tu
cabeza, fue destrozada por las espinas y los bofetones; las naves, tus
manos despedazadas por los clavos; el Atrio, Tus pies, deshechos por la
crucifixión, hinchados, sangrantes; la Pared, Tu piel, pedacito por pedacito
arrancada a fuetazos; y el Altar, Tu corazón atravesado por una lanza.
Nunca un templo fue tan sistemáticamente destruido, como el Templo más Sagrado
que ha existido, Tu Cuerpo, oh Cristo. Tu crucifixión es como un río de Sangre
que se desborda e inunda de bendiciones a todo el mundo. Pastor herido. Vid que
derrama Sangre. Piedra despreciada que es la Piedra más importante del
edificio. Nadie tiene mayor amor que aquel que da la vida por sus amigos. Y Tú
la has dado por nosotros. Bendito seas para siempre. Aleluya. Tú has hecho lo
que estaba de Tu parte. Ahora nos queda a nosotros hacer lo que nos
corresponde. Y queremos corresponder a Tu amor llevando una vida santa
totalmente de acuerdo con Tus Mandamientos. Haz Señor que así
sea. Amén.
Amén Amén Amén Amén Amén..........................................
Amén Amén Amén Amén Amén..........................................
!!! CRISTO MURÍO POR TÍ !!!
!!!
TÚ QUE HAS HECHO POR ÉL Y POR EL MUNDO.
TE DEJO SU CUERPO Y SU SANGRE PARA SALVARTE.
Juan 6: 51-58
Que
La Santísima Trinidad te cuide y llene de bendiciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario